Medicina mágica y remedios ancestrales para los ojos desde el Antiguo Egipto

Todas la culturas ancestrales tenían sus remedios y rituales que, a menudo, combinaban el poder curativo de los elementos de la naturaleza junto con la magia y la espiritualidad que, hoy en día, nos resulta mucho más difícil de comprender. 

Los chamanes y curanderos sabían cómo y cuándo aplicar la sanación, y para ello se valoraba el caso de cada persona en particular, teniendo en cuenta factores como su personalidad, nacimiento, horóscopo, etc., así como el día y la hora o la fase lunar. 

Aunque hoy en día no podemos utilizar la mayoría de los remedios o sistemas de curación antiguos, nos puede servir para terminar con la idea equivocada de que la única medicina efectiva es la que surgió en el siglo XX. Cada época y cada cultura ha sabido cómo curar a sus enfermos.

Egipto


La importancia que el Antiguo Egipto daba al ojo se refleja en su amplio estudio de los tratamientos para las patologías oculares. Predominaban las pomadas y ungüentos con ingredientes como la leche materna, la miel o los minerales como la malaquita y la galena. 

También existen relatos de los sorprendentes y misteriosos casos de transferencia mágica, una técnica según la cual se reemplazaba el ojo enfermo mediante rituales. Eran indispensables, eso sí, las plegarias que acompañaban el proceso de sanación y la fe del afectado. 



India


En la India ancestral encontramos la medicina ayurvédica, todavía vigente, que clasifica las patologías del ojo (Netra Rogas) en cuatro tipos, según el equilibrio entre los doshas: Vataj netra roga, Pittaj netra roga, Kaphaj netra roga y Sannipataj netra roga. Además, los cinco elementos (tierra, fuego, aire, agua y éter) controlan los canales oculares.

El desorden de Vata suele tender a la sequedad del ojo y la fatiga y pobreza visual, mientras que el desequilibrio de Pitta causa ardor, inflamación, pus amarillento y enrojecimiento.

La curación empieza por evitar químicos, sobrecarga y toxinas, y mejorar la dieta con alimentos ricos en antioxidantes, además de ejercicios yóguicos para los ojos.


Posteriormente, el tratamiento se basa en la purificación del ojo con colirio de triphala (que contiene Amalaki, Bibhitaki y Haritaki), infusión y Netra Basti, que consiste en bañar los ojos con ghee medicado para liberar la tensión y mejorar la visión. Se utilizan rosas, sándalo, cilantro, aceite de castor e incluso el lápiz de ojos indio (Kajal, en la India, Khol en los países árabes).


Grecia

Siglos más tarde, en la antigua Grecia, el médico y botánico Dioscórides practicó la medicina en Roma en la época del emperador Nerón y escribió la obra De Materia Medica, donde recopila los conocimientos terapéuticos de distintos pueblos. De este libro nos interesan sus aportaciones en cuanto a oftalmología, como cuando aconseja la canela, el aceite de almendras, el incienso y el cedro para clarificar la vista, éste último porque “quita las cicatrices y las blancas nubes que ofuscan los ojos”.

Recomienda, por ejemplo, el hollín de incienso para los procesos inflamatorios oculares, el ébano para el lagrimeo y las “postillas que suelen engendrarse en los ojos”, el betún llamado naptha “para las cataratas y contra las blanquecinas nubes” y la mirra para las úlceras oculares. Hace referencia también a la medicina mágica al recomendar tres flores de la granada “para quedar libre del mal de ojo al menos durante un año”.





Dioscórides también propone otros remedios a partir de las rosas machacadas, la acacia destilada, la resina del olivo, el terebinto y el arrayan. 



Medicina árabe

Posteriormente, el pueblo árabe se basó precisamente en las culturas griegas e hindúes para avanzarse increíblemente a los otros pueblos en cuanto a cirugía ocular, sobre todo en el caso de las cataratas. Abul Qasim Al Zaharawi (Abulcasis) describe en su obra Kitàb al-Tasrìf (traducida como "La práctica", "El método" o "Disposición”) cómo realizar las operaciones oculares. 


Anatomía del ojo según un antiguo manuscrito árabe. Wikipedia.

Como medidas complementarias eran fundamentales la higiene exhaustiva, las sangrías, las purgas y, tras la operación, se aplicaba una “mezcla de huevo fresco batido con aceite de rosas y una bola de algodón”. Asimismo, para el sangrado postoperatorio se realizaba “una mezcla de sal y alcaravea mascada y luego presionada a través de una pieza de ropa por donde se filtraban las gotas”. Vemos, pues, unos avances fundamentales en técnica y un apoyo imprescindible en la medicina natural.

Aunque no se puede afirmar con certeza, es posible que utilizaran anestesia en las operaciones, posiblemente por medio de la mandrágora, una planta a la que llamaban cizana y el banÿ, que podría ser el hachís o el beleño. 





África

No eran distintos los métodos que se han utilizado siempre en el continente africano a partir de “las hojas, raíces y determinadas especies de plantas. (…) La Tracoma y otras dolencias de los ojos son comunes entre los Maasai y Samburu debido a la gran cantidad de moscas que acarrea el ganado. Ellos se tratan con la savia de tres tipos de plantas: enkilenyai, olorrondo y osuguroi”.


Europa

Ya en Europa, pero tomando como base la tradición árabe, la monja benedictina Hildegard von Bingen (1098-1179) dejó testimonio de sus conocimientos médicos en sus manuscritos Causae et curae y Física. Hildegard dejó un asombroso y polifacético currículum comoprofetisa, médica, compositora y escritora, entre otros talentos. 




Hildegard hizo grandes aportaciones en el campo de la Iridología (diagnóstico a través del iris) y dejó escritas recomendaciones naturales para la salud ocular, de las cuales destacamos algunos fragmentos:


“…sus libros sobre remedios describían, por ejemplo, cómo utilizar el hinojo para problemas de visión. Así, el rocío calentado por el sol de la mañana sobre el hinojo se aplicaba sobre los párpados con el ojo cerrado…”

“…indica que si la visión está velada (visión débil) y los ojos sufren y duelen es porque, a causa de la vejez o de alguna enfermedad, la persona posee agua o sangre en exceso. Según ella, el ojo está constituido de fuego y agua. El fuego le da energía y consistencia, y el agua le transmite la facultad de ver.”

“Hildegard cuenta que, para recuperar la salud de los ojos hay que acercarles una planta verde. La persona debe mirarla fijamente, durante largo rato, hasta que los ojos lagrimeen y lloren, porque el verde de la planta arrastra los humores (fluidos corporales identificados en la medicina tradicional Unani) y deja los ojos claros y puros. El agua fresca del río también elimina el exceso de humor en los ojos y les devuelve la luz”.





Siguiendo la sabiduría europea, existe un documento curioso y accesible titulado Libro de los secretos de agricultura, casa de campo y pastoril, escrito por Fray Miguel Agustín (1560 - 1630), prior del Temple de Perpiñán, de la orden de San Juan de Jerusalén. En él aparecen algunos remedios relacionados con la salud ocular (copiados literalmente):

  • Para la flaqueza de la vista: Curareis la flaqueza de la vista, tomando el hinojo, verbena, celidonia, ruda, enfragia (eufrasia), y rosas, partes iguales, y lo hareis destilar por alambique; y quando quisiereis usar de ello, pondreis tres, ó cuatro gotas en el ojo por la mañana, y tarde, y hallareis remedio. Tambien es bueno hacer una decoccion de hinojo, ruda, y enfragia, y recibir aquel humo.
  • Para el dolor de los ojos: Quitareis el dolor de los ojos con la decoccion de la manzanilla, corona de rei, y hinojo en grano hecha con agua, y vino blanco; y para usarla, se ha de tomar un lienzo de lino en quatro pliegues, y ponerlo mojado con dicha decoccion encima de los ojos; y tambien es buena la leche de la muger batida con un blanco de buevo, y puesta encima de los ojos.
  • Para la sangre de los ojos: Quitareis la sangre de los ojos, tomando clara de huevo, batida con agua rosada de llentén, y mojar con élla un paño de lino, y aplicarlo á los ojos.
  • Para cardenales de ojos: Para curar los cardenales de los ojos, por haver recibido algun golpe en ellos, y quedáren negros, echad en ellos, á la parte de adentro, un poco de sangre de la ala de un palomino, ó tortola. Y el mismo remedio es bueno para las manchas de los ojos, y un emplastro hecho de axenjos frescos, picados, y mezclados con leche de muger, y agua rosada aplicado á la parte dañada.
  • Para inflamacion de ojos: Es buen remedio para inflamacion de ojos, poner encima de ellos los riñones de un carnero ú oveja, frescalmente muerto, ó tomar una manzana dulce, y cocerla en el rescoldo, y mezclar la carne de ella con harina de cevada, leche de muger, agua rosada, clara de huevo, y agua de las flores de todos meses, y es bonissima. La misma virtud tiene la piedra, que se halla en el cuerpo de la golondrina, y un ojo de lobo colgado al cuello.
  • Para los ojos legañosos, lagrimas, y corrimientos: Para los ojos lagañosos hareis una decoccion de hojas de vetonica y raices de hinojo, y un poco de incienso fino, y hacer colirio, y lavarselos á menudo, y detiene, y quita las lagrimas, y otros corrimientos de los ojos.
Imagen de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes


Casi paralelamente, en el siglo XVI, se publica en castellano el libro Manual de Mugeres En El Qual Se Contienen Muchas Y Diversas Reçeutas Muy Buenas, del cual se desconoce la autoría (copiado literalmente):
  • Polvos para los ojos: Una onza de atutía preparada, y molida y cernida; una drama de hienda de lagarto, azúcar piedra una onza, así molida y cernida, mezclarlo todo en un almirez mucho. Hanse de echar estos polvos en los ojos dos veces al día: la una en ayunas dos horas antes de comer y la otra a la tarde dos oras antes de cenar. Aclara la vista.
  • Polvos para secar las lágrimas y aclarar la vista: De conchas quemadas y perlas por horadar: peso de dos reales de cada cosa. De almidón y de alcohol: peso de un real de cada cosa. Atutía de un día preparada con agua rosada y de eúfrages: peso de cuatro reales. De canfora y azúcar candi: peso de medio real de cada cosa. Cuescos de dátiles y de mirabolanos quemados: peso de un real de cada cosa. Todas estas cosas molidas y pasadas por cedazo muy espeso y puestas en una caja y un paño de tafetán encima con unas pesas. El que estuviere de esta enfermedad, alcoholarse los ojos con estos polvos.
En este link se puede escuchar la versión en audio del libro.


Durante todos estos siglos cada cultura ha aportado sus conocimientos naturales y mágicos y, algunos de ellos, a pesar de la distancia, han coincidido en muchos aspectos. Los compendios y manuales han permitido definir métodos modernos que englobaran las distintas terapias oculares, mientras que otros remedios son imposibles de llevar a cabo hoy en día. 


Comentarios

  1. muy interesante tu trabajo, Elena! Gracias por compartirlo. Un saludo. Pablo

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